lunes, 18 de abril de 2011

Montaña solitaria

Está claro que no hay que recorrer mundo para sentir la soledad de una gran montaña. Aquí al lado, a tiro de unas horas de coche, hay rincones en el Pirineo para disfrutar.
Casi 24 horas de soledad. Nadie. Silencio. Nuestras voces y nuestros pensamientos. La montaña. Nadie más.
Después de tanto tiempo, de algunos sinsabores, el pasado sábado, en una montaña desconocida por tener 27 metros de menos, disfrutamos de un día para el recuerdo. Del sol, de las nubes, del calor, del viento, de la fuerza de la naturaleza, de la deslizante nieve.
Sólos, sonriendo, sufriendo, respirando.

Punta Suelza. Desconocida hasta hace nada y ya formando parte de esos grandes días de montaña, que no sabes bien por qué, que no esperas, pero llegan. A pesar del porteo con esquís. A pesar de la pista de acceso. A pesar de los pesares, todo te da igual, te importa poco si el resultado es volver más lleno. De sentir la montaña tal y como la entiendes. De tener junto a ti la más grata de las compañías.

A pie. Sobre esquís. Con crampones. Bastoneando. A pioletazo. Sol. Sombra. Viento. Calor. Tantas sensaciones que es imposible no sentirse vivo.

Podría describir la ruta. Pero hoy solo siento que quiero disfrutar de la huella que dejó dentro. Gracias Punta Suelza!!


Bloques de alud y canal de acceso a la cima, bajo el espolón que recorta en el cielo

Canal de acceso a la cima, parecía sencillo!

Felices en la cima

Payita contenta!


Montañas próximas

Destrepando del collado

Recogiendo los esquís para comenzar a gozar (más todavía)