martes, 2 de diciembre de 2008

Reflexiones alpinísticas I : Es hora de volver

Ya va siendo hora. La montaña vuelve a estar blanca. Mi mente no. Vuelve a soñar, a desear recuerdos alpinísticos.

Han sido meses duros. Pero la montaña no importaba. Sólo una. Mi soñada cara Norte, mi más bella cara Norte me necesitaba. Tenía una deuda moral que resolver, quería resolverla, centrame en ella, estar ahí. Sentí que sus males eran mis males, su dolor mi dolor y mi única meta, alivarlo.

Todavía queda camino por recorrer. El recuerdo será para siempre, pero la luz gana a la oscuridad. Recuerdos, momentos, vida. Porque al fin y al cabo todo lo sucedido, lo sufrido, son huellas de vida. De deseos, de anhelos, de sueños, de valor y aventura.

El valiente sufre. Pero obtiene una recompensa mucho mayor que el sufrimiento. Se valiente. Rétate. A ti mismo. A nadie más que a ti, a tu ser.

Sueña. Siente. Sea cual sea tu sueño, ve a por él.

Toca volar. Tocar con los dedos la sencillez. Lo puro. Crear un puñado más de imborrables recuerdos.

Compartir. Porque los sueños compartidos brillan con luz clara. ¿Qué recuerdo más vivo queda que el de la mirada tras el logro, el abrazo sincero, la sonrisa cómplice?

Gracias cara Norte. Por hacerme ver la fuerza, el coraje y la alegría tan cerca. Por enseñarme y darme tanto. Por compartirlo.